Este no es un tema nuevo para ti. Día a día, incluso cuando duermes o durante tus momentos más íntimos, tu mente está ocupada procesando mensajes de organizaciones que te tienen de rehén de sus intereses.
Lamentablemente, muy lamentablemente, una de las peores pesadillas de la humanidad se ha vuelto realidad. Cada vez somos menos nosotros mismos, menos dueños de una identidad individual, y más parte pasiva de una maquinaria de consumo que nos utiliza para alimentarse y crecer en beneficio de unos pocos sujetos y en detrimento de todos los seres, incluido el pobre planeta en que vivimos (el organismo vivo más grande que conocemos), el cual como sabemos está gravemente enfermo.
Podemos dedicar muchas horas a comprender el problema, a entender por dónde comienza, cuáles son sus consecuencias, cuál su esencia, y quiénes sus actores activos y pasivos. Pero lo cierto es que, lo mejor que podemos hacer en el preciso instante en que caemos en la cuenta del cáncer del que somos parte, es tomar ACCIÓN de manera inmediata.
¿Cómo se toma acción? Deteniendo el consumo irrestricto, irresponsable, involuntario.
Se nos ha condicionado para “querer” cientos de miles de cosas, desear “ser” de una manera o de otra, “pensar” que un estado (”status”) de vida determinado sea deseable….y todo ello hace que día tras día vayamos y consumamos exactamente aquello que nos indican, literalmente como esclavos, que metamos en nuestro cuerpo basura que no necesitamos, que usemos más recursos del ambiente que necesitamos cuidar, que seamos cómplices del trabajo esclavo que esos productos que vestimos, calzamos y utilizamos promueven, que profundicemos el holocausto que diariamente desde que el hombre reina padecen el resto de los seres vivos del planeta, y por último, que envenenemos a nuestros niños con cultura, con basura sin valor, lo “light”, lo que es superficial y sencillo, lo que no tiene en cuenta a qué está haciendo daño, y a qué sistema indescriptiblemente pervertido contribuye.
Entonces, nuevamente: ¿Cómo tomamos acción? Desde este momento en que lees estas líneas vas a pensar dos veces antes de realizar cualquier compra, antes de consumir lo que sea; contemplarás los efectos y el alcance de tu consumo, a quién beneficia, y a quién perjudica. Pero por sobre todo te preguntarás y responderás con mucha sinceridad si eso que “sientes” que quieres tener o “necesitas” es algo que de veras va a ayudarte a conseguir esa felicidad que tanto estás buscando, o simplemente seguirá ensanchando el parche de la gran mentira; la mentira que hemos construido por indicación de otros desde que éramos pequeños; la mentira que nos ha hecho perder el rastro de nuestra verdadera y original identidad. Lo mínimo que te debes es sinceridad, ¿no crees?
Restringe el consumo y verás como la vida se comienza a llenar de modo natural de las cosas que realmente necesita. Recuerda siempre: “Las flores nunca salen de compras, y no necesitan fijarse en la moda para ser unas de las cosas más bellas del mundo”.
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