sábado, 26 de febrero de 2011

Los besos y la salud!...



Si bien el primer beso siempre es especial, cada beso que le des a una persona deseada es bueno para ambos y proporciona beneficios interesantes para la salud. Algunos estudios revelan cómo, a través de un beso, el amor, la pasión y el deseo van de la mano de la salud.
¿Quién dijo que “matarse a besos” es posible? Por el contrario, la próxima vez que “mates a besos” a tu chica o chico puedes estar quitándole algún dolor o ayudándole a nivelar su nivel de colesterol, entre otros aportes saludables. Por ejemplo, ambos estarán combatiendo la aparición de arrugas, al ejercitar varios músculos de la cara, y también la obesidad, ya que un apasionado y caluroso beso también te ayuda a perder calorías.
El sexo en general proporciona varios beneficios para la salud. Como parte de este juego de deseos y sensaciones, el beso no podía variar en esto y también es muy propicio para tu bienestar en general, tanto físico como psicológico.
Algunos científicos han dicho que esto se produce porque en la piel de los labios hay muchos sensores que se conectan con receptores en el cerebro y despiertan diferentes estímulos. Todos esos sensores de la boca tienen además funciones de supervivencia, ya que hacen que los bebés se dirijan directamente hacia la comida y fueron responsables de que nuestros antepasados pudieran diferenciar cuándo un alimento estaba contaminado o envenenado y cuándo era apto para comer, por ejemplo.
Además, cuando besas a otra persona ingresas de algún modo en su mundo y dejas que esa persona acceda al tuyo, en una especie de aventura sensual y erótica que despierta muchas sensaciones. Así, tu cuerpo responde a esos estímulos de diferente manera, generando reacciones propicias para la salud, comenzando por la de reforzar tu sistema inmunológico o de defensas.
Otras ventajas saludables que puedes obtener de un beso pasional o apasionado son:
Mejorar la circulación y el estado en general de la piel del rostro.
Ayudar a combatir el dolor, pues mientras más apasionado es, más endorfinas se liberan y esa actividad hormonal tiene un efecto similar a una dosis de morfina.
La saliva extra que genera un buen beso húmedo es capaz de limpiar tus dientes y disminuir la placa bacteriana que suele formarse en las encías así como ayudarte a prevenir la aparición de caries (aunque, claro está, esto no quiere decir que tienes libertad para dejar de cepillarte después de cada comida).
Un atrevido beso de lengua te permite ejercitar más de 30 músculos de la cara y mantenerlos tonificados. Incluso, hay quienes afirman que de ese modo evitas la formación de arrugas y te hace ver más feliz.
Asimismo, un verdadero beso pasional puede hacerte adelgazar. Los especialistas afirman que puedes consumir hasta 12 calorías por minuto cada vez que das y recibes este tipo de besos.
El beso también disminuye el estrés, la tensión y la ansiedad, mejorando el estado de bienestar en general y elevando la autoestima.
Por último, besar es bueno para la presión sanguínea, el sistema cardiovascular y para mantener los niveles del colesterol.
Ahora que sabes todo esto, deja de resistirte y entrégate a los besos de ese ser tan deseado para ti, o cuéntale a esa chica o chico que no quiere dar el brazo a torcer, de lo poderosos que pueden ser tus besos y de todo lo que pueden aportarle a su salud.


Embarazo y alimentación: efectos en el nuevo bebe



Cada vez hay más descubrimientos acerca de la importancia de la alimentación durante el embarazo y de los efectos que le genera al futuro bebé. En este sentido, un estudio reciente realizado con animales indica que lo que ingieras durante el embarazo podría determinar el gusto y el olfato de la criatura que está por nacer.
Estás embarazada y tu cuerpo ya no es el mismo. Ahora, no sólo debes cuidar tu salud sino también la del bebé que se está formando en tu vientre. Él o ella se nutrirá a través tuyo y se alimentará de lo que tú te alimentes.
Por eso es tan importante que te cuides durante todo el embarazo y evites ciertas sustancias que pueden causar daños, como el alcohol y el tabaco. También es importante que consultes con tu médico antes de tomar cualquier medicamento o suplemento, ya que estos pueden interferir en el desarrollo de tu bebé.
Pero además de estas recomendaciones, un estudio reciente realizado con ratones fue más allá y detectó que lo que come la mamá embarazada determina no sólo el gusto sino también el olfato del bebé que se está formando.
Así, por ejemplo, los especialistas opinan que si te alimentas de manera sana durante esos meses, cuando el niño o la niña crezcan tendrán preferencia por este tipo de alimentos. Además, destacan la importancia que puede tener este descubrimiento, con respecto al consumo del alcohol, por ejemplo, que debería ser evitado durante todo el embarazo y la lactancia.
Durante el embarazo, todos los nutrientes y el oxígeno que el feto necesita para desarrollarse llegan hasta él o ella a través de la placenta, que se encuentra unida a la pared del útero y se conecta con el feto a través del cordón umbilical (que al nacer, lo que queda de él se anuda y forma el ombligo).
La placenta también protege al feto de muchas sustancias y microorganismos que puedan hacerle daño, pero algunas (como ciertos virus, medicamentos o la nicotina del tabaco, por ejemplo)  pueden penetrarla y, si lo hacen, pueden dañar al futuro bebé.
Por eso es muy importante cómo te alimentas durante el embarazo. Algunas recomendaciones que debes tener en mente para mantener una dieta balanceada que le proporcione los mejores nutrientes a tu bebé y lo mantengan saludable son:
Cuida que la carne, los huevos y el pescado estén muy bien cocidos.
No comas más de 2 o 3 porciones de pescado por semana (incluidos los enlatados). Evita el tiburón, pez espada, caballa o pargo rayado, y si comes atún, que sea atún bajo en grasa.
Lava bien todas las frutas y los vegetales antes de consumirlos y mantén las tablas para cortar y los platos bien limpios (en lo posible, utiliza tablas diferentes para la carne y para los vegetales).
Come 4 o más porciones de alimentos lácteos por día pero no tomes leche sin pasteurizar ni otros productos lácteos no pasteurizados.
No tomes más de 1 o 2 tazas de bebidas con cafeína al día.
Además de una dieta saludable, otras cosas que debes considerar durante el embarazo son:
-          Visitar a tu obstetra con frecuencia.
-          Realizarte los exámenes prenatales y las pruebas de rutina que te recomienda, como la medición de la presión arterial; chequeo del tipo sanguíneo (Rh y ABO); chequeo del nivel de azúcar en la sangre; chequeo para trastornos genéticos, rutinarios y si hay antecedentes familiares o tu edad aumenta el riesgo; exámenes para descartar infecciones de transmisión sexual; ecografías (ultrasonidos) y exámenes para descartar proteína en la orina.
Y más allá de todo esto, recuerda que estas atravesando una etapa muy especial en tu vida, posiblemente una de las más bonitas, así que no te olvides de disfrutarla a cada momento y prepararte con alegría para la llegada de tu bebé.


Menopausia y aumento de peso



La menopausia provoca en la mujer una insuficiencia hormonal (estrógenos y progesterona). Para paliar esta insuficiencia, es posible que su médico le haya prescrito un tratamiento que le devuelva el equilibrio hormonal.
En cualquier caso, el periodo de premenopausia y de menopausia a veces se puede acompañar de un aumento de peso, especialmente en la cintura, una modificación de la silueta (tipo androide) y la aparición de celulitis.
¿Por qué se aumenta de peso durante la menopausia?
El cambio hormonal ligado a este periodo de la vida, incluso en caso de que siga un tratamiento hormonal, puede ser la causa del aumento de peso. Las razones pueden ser varias:
- Una disminución del metabolismo basal: eso quiere decir que «gasta» menos para sus funciones vitales (latidos del corazón, renovación de sus células, respiración, circulación...) La razón es la disminución natural de la masa muscular con el paso de los años. Ya hemos comentado que solo los músculos gastan energía. En cuanto a la grasa corporal, sólo almacena el excedente de energía, pero no gasta nada.
- Un aumento imperceptible de su alimentación, o una disminución de su actividad física: al aumentar el desequilibrio energético, se favorece el aumento de peso. Efectivamente, si come más de lo que gasta, almacenará el excedente en forma de grasa corporal.
- La mala circulación sanguínea favorece la retención de agua en forma de celulitis, especialmente en las caderas, los muslos y el vientre. La celulitis se caracteriza por un aspecto de piel de naranja que refleja la infiltración de agua en sus tejidos.
Sin embargo, el aumento de peso en la menopausia no es una fatalidad
Puede evitarlo actuando en dos frentes:
1. Actuar sobre su alimentación: para controlar mejor el nivel calórico de su alimentación pero, sobre todo, su equilibrio alimentario.
2. Actuar sobre su actividad física: la práctica regular de una actividad física o deportiva le permitirá preservar, o incluso aumentar, su masa muscular, tonificar sus músculos, combatir la celulitis y afinar su silueta.
Además, el deporte es un excelente antiestrés y cuanto mejor se sienta con su cuerpo, mejor controlará su peso.
Por ejemplo, le aconsejamos que practique cada día media hora de marcha y tres veces por semana al menos veinte minutos de un deporte de intensidad media, como la natación, el footing, el ciclismo...
¿Ya tiene sobrepeso?
Aunque el cambio hormonal ligado a la menopausia (incluso aunque esté siguiendo un tratamiento) es un freno para adelgazar, eso no quiere decir que deba rendirse. Simplemente, su pérdida de peso será más gradual.
Respetar el equilibrio alimentario es sin duda la primera solución para controlar el peso, preservando su capital de salud. Para ello:

LIMITE las grasas, el azúcar, el alcohol y la sal
Reduzca, de ser necesario, su consumo de:
GRASAS:
- platos grasos: fritos, platos en salsa...
- alimentos grasos: embutido, carne grasa, queso y productos lácteos enteros...
- materias grasas para aliñar o cocinar: mantequilla, margarina, aceite, nata...
Si bien un exceso de lípidos (grasas alimenticias) puede ser responsable de enfermedades cardiovasculares y aumento de peso, sería igualmente nefasto suprimir completamente algunas materias grasas en su alimentación. Debe consumir un mínimo de aceite, por los ácidos grasos que contiene, que son necesarios para la protección de su corazón, sus arterias, su memoria, su piel...
Consejo: Consuma cada día dos cucharadas soperas de aceite de oliva, colza o germen de trigo. Utilice aceite de orígenes variados, pues todos se complementan.
AZÚCARES SIMPLES:
- azúcar, mermelada, miel...
- dulces, chocolate, galletas...
- postres azucarados: pasteles, helados...
- bebidas azucaradas: refrescos, gaseosa...
Todos estos alimentos azucarados deben ser considerados como una fuente de placer, no indispensables para su salud, pero perjudiciales para su línea si los consume en exceso.
ALCOHOL:
- vino, cerveza, sidra, aperitivos y digestivos en general. El alcohol es muy energético (1 gramo aporta 7 kcal) y consumido en exceso es tóxico.
- Si el alcohol forma parte de su Programa de Adelgazamiento, respete las cantidades prescritas y no supere en ningún caso 7 dosis de alcohol por semana, teniendo en cuenta que una dosis corresponde a 10 cl de vino, una copa de cava, un aperitivo tipo vermú, una caña, una dosis de 2,5 cl de alcohol seco.
SAL:
- sal de cocina y de mesa,
- los platos precocinados y las conservas suelen contener demasiada sal.
Observación: la sal no tiene ningún efecto sobre la masa grasa, pero un exceso de sal fatiga el corazón y puede favorecer la retención de agua.

CONSUMA suficientes glúcidos complejos, proteínas y fibras
Conserve, o si es necesario aumente, su consumo de:
Glúcidos complejos:
- pan, biscotes...
- cereales: muesli, cereales hinchados, copos de avena...
- alimentos feculentos: patatas, arroz, pasta, sémola, lentejas, alubias...
En la medida de lo posible, consuma:        
- pan o cereales en el desayuno,
- pan o alimentos feculentos en la comida y en la cena.
De esta forma, evitará el hambre repentina a media mañana o a media tarde, que suele compensarse picando entre horas, con el aumento de peso inevitable.
Es preferible consumir pan integral, de centeno, multicereales... Estos tipos de pan tienen un índice de glucemia más bajo que el pan blanco, lo que permite una mejor regulación de la glucemia, y por lo tanto del peso.
Por las mismas razones, opte por el arroz integral, las pastas integrales, el trigo integral y los cereales integrales.
Proteínas:
- carne, pescado, marisco, huevos, tofú...
- productos lácteos: leche, yogur, queso blanco, otros quesos...
Las proteínas son indispensables, asociadas al deporte, para preservar la masa muscular que, debemos recordarlo, tiene tendencia a disolverse con la edad.
Es preferible tomar leche y productos lácteos semidesnatados o desnatados a los enteros. También es preferible tomar queso bajo en calorías (menos de 15% de MG) a los quesos más grasos. De esta forma consumirá menos lípidos, es decir, menos calorías, pero su aporte de proteínas y calcio será el mismo.
En cuanto a las proteínas vegetales, igualmente indispensables para su equilibrio alimentario, las aportan el pan o los derivados, los cereales y los alimentos feculentos, en particular las legumbres. Es una razón más de no olvidar estos alimentos.
Fibra:
- verdura en todas sus formas: crudas, en sopa, cocidas o en ensalada,
- fruta: al natural,cocida o en compota.
La fibra, no sólo es indispensable para regular el tránsito intestinal, además ralentiza la absorción intestinal de los azúcares y las grasas, es decir, del colesterol de origen alimentario. Previene las enfermedades cardiovasculares, la diabetes, algunos tipos de cáncer...No olvide que los cereales integrales son ricos en fibra.
Consuma, si es posible, legumbres al menos una vez por semana. No solo son ricas en fibra, sino también en proteínas vegetales, hierro, potasio, magnesio...
Las autoridades sanitarias recomiendan el consumo de 5 raciones de fruta y verdura al día, es decir, de 600 a 800 g de vegetales al día, que podrían distribuirse de la forma siguiente:
- 2 piezas de fruta (2 raciones de 150 g)
- verdura cruda (una ración de 100 g.)
- sopa de verduras (un plato con 150 g de verduras),
- verdura cocida (medio plato de 200 g).
En su caso, debe respetar las cantidades prescritas de fruta, pero puede trasladarlas de una comida a otra o consumirlas entre horas. No olvide que puede consumir cuantas verduras desee, siempre que solo incluya las materias grasas autorizadas.
DISTRIBUYA los alimentos a lo largo de 3 o 4 comidas al día.
Todos los estudios muestran el interés de fraccionar la alimentación del día en 3 o 4 tomas para prevenir el sobrepeso. De esta forma, podrá regular mejor la glucemia a lo largo del día, quemar mejor lo que come y evitar la sensación de hambre.
Además de la prevención del aumento de peso, hemos procurado que su alimentación le aporte todos los elementos necesarios para su salud:
Calcio y vitamina D para luchar contra la osteoporosis:
- calcio: productos lácteos o agua mineral rica en calcio,
- vitamina D: salga al aire libre todos los días y coma pescado azul (salmón...) al menos una vez por semana.
Omega 3 para desarrollar la memoria y proteger le corazón y las arterias. Los encontrará en algunos aceites (colza, nuez), en el pescado azul (salmón) y en algunas verduras de ensalada (canónigos, portulaca).
Antioxidantes para reforzar su sistema inmunitario y luchar contra los efectos del envejecimiento, se encuentran principalmente en las frutas y verduras, pero también en las materias grasas, el pescado y el marisco, los cereales, el té y el vino.