miércoles, 1 de diciembre de 2010

La dieta de las proteínas

La dieta de proteínas estricta consiste en una alimentación artificial basada en proteínas en polvo extraídas de la leche de vaca o la soja...


Las propiedades de esta dieta son:

• Una aportación calórica muy baja: menos de 600 kcal al día, cuando nuestras necesidades diarias, con un nivel de actividad medio, son de unas 2.000 kcal para una mujer y 2.700 kcal para un hombre.

• Un desequilibrio alimentario voluntario, ya que está compuesta casi exclusivamente de proteínas y excluye los lípidos y los glúcidos.

• Una carencia de vitaminas, minerales y oligoelementos.

• Una alimentación monótona, poco variada y artificial.

Ventajas:

• Es un régimen fácil de seguir, con una alimentación sencilla y rápida de preparar.

• El adelgazamiento puede ser más rápido al principio, pero no es sistemático.

Inconvenientes:

• La alimentación es monótona y limitada y no permite una vida social.

• Puede pasar hambre, sobre todo al principio.

• Hay un riesgo de adaptación del organismo a un nivel energético muy bajo y de desarrollar una resistencia al adelgazamiento.

• La menor desviación del régimen puede suponer una recuperación de los kilos perdidos (efecto yoyó).

No se educa la forma de comer: en cuanto se interrumpe la dieta rica en proteínas, los malos hábitos alimentarios vuelven, junto con los kilos.

CONSEJO:

1. Es mejor un régimen basado en el sentido común que se pueda seguir a largo plazo, que permita comer con amigos o familiares, que sea compatible con la vida social y profesional, que respete, no sólo la forma de vida, sino también los gustos y las posibilidades de cada persona.

2. Es mejor adelgazar sin privar inútilmente al organismo, porque en caso contrario se corre el riesgo de no poder estabilizar el peso una vez alcanzado el objetivo.

3. Su Régimen debe mantener el equilibrio entre los distintos nutrientes: proteínas, lípidos y glúcidos, de acuerdo con las normas siguientes:
del 12 a 15% de las calorías totales deben ser aportadas por las proteínas,

del 30 a 35% de las calorías totales deben ser aportadas por los lípidos,

del 52 a 58% de las calorías totales deben ser aportadas por los glúcidos.

4. Su Régimen debe basarse en una buena asociación de alimentos, de acuerdo con los principios de equilibrio alimentario científicamente reconocidos:

Lo ideal sería consumir, en cada comida principal, un alimento de cada una de las categorías siguientes:

- verduras crudas y cocidas,

- carne, pescado o huevos,

- alimentos feculentos o pan,

- productos lácteos,

- fruta,

- materias grasas para aliñar o cocinar.

No obstante, el equilibrio alimentario también puede calcularse a lo largo del día, o incluso de la semana. Por lo tanto, no es obligatorio asociar sistemáticamente todos estos alimentos en cada una de las comidas.

5. Su Régimen debe ser lo menos restrictivo posible:

- ganará en bienestar, no pasará hambre,

- podrá mantener su vida social,

- evitará la frustración derivada de las prohibiciones,

- evitará recuperar peso (efecto yoyó), algo inevitable al interrumpir un régimen «exótico».

Conclusión

Estos criterios de equilibrio alimentario forman parte de todos nuestros programas de adelgazamiento.

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